¡34 Fancine en pedacitos!

 Este año Fancine ha ofrecido una programación muy atractiva contando con grandes nombres como el de Quentin Dupieux, cuya película El segundo acto habría abierto el festival de no haber sido por el imprevisto meteorológico de la DANA; Miguel Llansó (Jesus Shows You the Way to the Highway, 2019) y su ciencia ficción, una de las más auténticas del panorama actual, que en Infinite Summer cuenta con la colaboración de Velasco Broca (Alegrías Riojanas, 2022), otra de las grandes mentes del fantástico nacional. Tommy Wirkola aporta su dosis habitual de humor travieso junto a Rasmus A. Sivertsen en su Spermageddon, musical divertidísimo. 

No han faltado propuestas interesantes en la parrilla de esta trigésima cuarta edición del Festival de Cine Fantástico de la Universidad de Málaga, aunque el premio grande se lo ha acabado llevando el finlandés Teemu Nikki con su Death Is a Problem for the Living

Omitiendo aquellos filmes a los que ya he dedicado entradas monográficas (Witte Wieven, Oddity, Cloud, Las desapariciones y The End), he querido cubrir brevemente mis predilectas. El orden en que las presento es puramente anecdótico, mi intención es destacar los puntos fuertes de cada una de las enumeradas que, afortunadamente, ¡son muchos!

Jam Session, 2018  © James Jean

Daniela Forever, Nacho Vigalondo - La chica de mis sueños

Como punto de partida he querido recurrir a la obra de James Jean, artista polifacético de gran reputación muy querido por Daniela (Beatrice Grannò) en la película. Los mundos creados por Jean se asemejan mucho a los creados por el realizador. El onirismo da pie a ambos creadores a crear mundos increíbles y misteriosos, con detalles escalofriantes en ocasiones. Como si se tratara de delirios febriles, atestiguamos sucesos y escenarios imprevisibles. Consolidado como uno de los mejores ilustradores modernos, en el mismo año que realizó la obra adjuntada, llevó a cabo además los pósters para Madre!, la pesadilla firmada por Darren Aronofsky y La forma del agua de Guillermo del Toro.

Vigalondo se alza como uno de los mayores exponentes del fantástico nacional y cuenta ya con numerosas producciones en lengua inglesa. Tras Colossal (2016) y su episodio para Into the dark: Pooka! (2018) , entre otros, estrena ahora su Daniela Forever. Como si se tratara de un episodio más de su Vigalondo Midnight Madness, reconocemos abundantes referencias en su último filme.

Recurriendo a monstruos de dominio público adaptados en abundantes ocasiones por estudios como Universal y Hammer, se cuelan constantes alusiones al cine de terror, aunque se trate de una propuesta generalmente romántica y dramática. Desdibujando los límites que separan la realidad de la ficción, nos sumergimos en un sueño profundo que empieza de la mejor de las maneras y que no hará más que torcerse cada vez más conforme avanza el metraje. Entre los elementos innovadores en el género que observamos aquí, cabe destacar a los personajes que reciben una iluminación exclusiva: viven siempre de día o de noche. Esta escisión tan honda llama la atención en una película de sombras, que se desarrolla en una casa de fantasmas.

La decoración fantasmal está presente en todo momento, exceptuando el momento musical con Hidrogenesse que llena de color la pantalla. Hay una pizca de ilusión, una promesa de mejora salpicada en las escenas de una película que parte de algo tan descorazonador. Aunque compartimos la desolación del protagonista y con su consigna de que todo lo que no he visto, no existe; al final salimos con la sensación de que queda algo bueno ahí fuera, algo por lo que merece la pena abrir los ojos y salir de la penumbra.

La cinta llegará el 28 de febrero del próximo año a las salas españolas gracias a la distribución de Filmax. ¡Id a verla! De ninguna otra manera viviréis una experiencia tan cercana a Inland Empire (David Lynch, 2006) en una sala de estreno.

© A Contracorriente Films

Night Call [La nuit se traîne], Michiel Blanchart - Taquicardia en la gran ciudad

A ritmo de Petula Clark, cuya canción La nuit n'en finit plus da título a la cinta, asistimos a una montaña rusa macabra en la noche bruselense. Que la película se desarrolle en el transcurso de una única noche no implica que pase rápidamente, sin pena ni gloria; atestiguamos un martirio contemporáneo donde la palma es un manojo de llaves. 

Mady (Jonathan Feltre) es un estudiante que pasa la noche en la furgoneta de una cerrajería de servicio ininterrumpido acompañado por sus apuntes. La noche en la que se sitúa la acción será especialmente movida ya que acudirá a abrir una puerta que equivaldrá a la misma entrada al averno. Trapicheos y mentiras le harán verse envuelto en una espiral de locura, persecuciones y robos. Con el ritmo frenético que caracteriza a directores como los hermanos Safdie (Diamantes en bruto, 2019; Good Time, 2017), sufriremos en nuestra propia piel la terrorífica noche del protagonista. Aunando el drama social, el thriller criminal e incluso, por momentos, el romance, la película resulta en un ejercicio ajetreado de tensiones con una mínima descarga cómica. Un momento en el que respirar se da en una persecución rocambolesca cuando, por un momento, paramos en un habitáculo en el que se está viendo Posesión Infernal (1981). Vemos que Ash mantiene aún todas sus extremidades y, de alguna manera, nos tranquilizamos un poco.

Michiel Blanchart ya acaparó la atención de un buen número de espectadores hace unos años con su cortometraje Estás muerta, Helene (2021), en el que combinaba romance y terror. Nos presentaba a Maxime, perseguido por su novia recientemente fallecida. Éste debía averiguar la forma de romper con ella para dejar a un lado el duelo y seguir con su vida de la mejor forma posible.

La distribución de la cinta corre a cargo de A Contracorriente Films, aunque aún se desconoce su fecha de estreno.

Maldoror [Le dossier Maldoror], Fabrice du Welz - Una boda a la italiana y dos chicas desaparecidas

¡La película ganadora del Gato Rabioso de esta edición! Una historia larga (que no lenta) sobre la investigación alrededor de la desaparición de unas niñas, paralela a la propia historia del gendarme que pierde el sueño por el caso. La unidad secreta encargada de atrapar al secuestrador recibe el nombre de Maldoror, remitiendo directamente a ese ángel malvado que atenta contra Dios y todo lo que incumbe al Creador. Se hace inevitable pensar en Los cantos de Maldoror, obra de tendencia gótica salida de la mano del Conde de Lautréamont (Isidore Ducasse) que narra luchas constantes entre el bien y el mal. Se trata del mismo libro que lee a viva voz Allie (Chris Parker), el protagonista de Permanent Vacation (Jim Jarmusch, 1980) en la célebre escena desarrollada en la estancia de suelo de madera.

Paseamos por los peores rincones que debe transitar un investigador en un caso así. Nos acercamos a las familias de mafias, al pasado oscuro de ciertos personajes y los vínculos que mantienen con esos mundos. De la misma manera que en Los cantos del Duque de Lautréamont, presenciamos una batalla interminable entre el bien y mal, conceptos que acaban por difuminarse hasta el punto de diluirse y mezclarse. La moral de los personajes acaba flaqueando y, al término de la cinta, se hace muy complicado distinguir entre "buenos" y "malos". El mal se esconde en mil sitios: mapas, sótanos, maleteros, cintas de vídeo, antecedentes y presagios. ¡Incluso atisbamos el mal primigenio en forma del Nosferatu (1922) de Murnau en una de esas cintas grabadas!

El acercamiento a las familias de todos los implicados en el caso es desolador. Vemos cómo se destrozan vínculos corroídos por la maldad, otros por la debilidad e incluso por la obsesión. Todos se ven afectados y ninguno queda exento de culpa.

Fabrice du Welz realizó, este mismo año, un documental con Béatrice Dalle, presente en el filme. En La passion selon Béatrice, construida a modo de documental, la actriz recuerda a Pier Paolo Pasolini.

Maldoror no cuenta aún con distribución en España, desgraciadamente.

Your Monster, Caroline Lindy - Amor sin focos, lejos de las bambalinas

Melissa Barrera se ha convertido en una de las caras más queridas del género en los últimos años. Caroline Lindy cuenta con ella para su primer largometraje, basado en un corto homónimo del año 2020. La directora realizó una incursión en la comedia romántica ya en el año 2022 con su cortometraje Aspirational Slut. Al igual que en ese cortometraje, partimos de una ruptura para construir la premisa del filme.

Laura Franco (Melissa Barrera) es una actriz que ha roto recientemente con un dramaturgo reputado que le prometió un papel protagonista en su próxima obra y que la abandonó cuando ésta sufría una larga enfermedad. Intentando reunir los pedazos de su vida anterior a la misma vez que hace frente al duelo por la ruptura, vuelve a su casa de la infancia y se reencuentra con el monstruo de su armario.

Lindy firma un manifiesto por el amor propio, los nuevos comienzos y el buen querer. En clave de comedia con tintes de terror, crea un espacio de confort donde abrazar nuestros menos en los momentos más bajos e insuflar vida a los corazones agotados. Su mensaje es claro aunque el medio en que lo comunica a veces se pierde en fetiches peculiares; el resultado sigue siendo una cinta amable y divertida que animará a cualquier espectador. Si el mensaje no te alegra mucho, probablemente lo hagan las citas de Shakespeare, el disfraz de La novia de Frankenstein (James Whale, 1935) o su final apoteósico.

Desgraciadamente, la película no cuenta con distribución en España aún.

© Elastica Films

Una ballena, Pablo Hernando - Tus ojos no tienen dueño porque no son de este mundo

Del mismo modo que la criatura que causaba fascinación en Armonías de Werckmeister (Béla Tarr, Ágnes Hranitzky; 2000), encontramos aquí una ballena varada en la orilla de la costa vitoriana. Los encuentros a su alrededor y las visitas intencionadas al animal majestuoso guiarán la trama del filme, que incluye temores lovecraftianos y trapicheos en el puerto.

Se hacen obvios los referentes que ha seguido Hernando, desde el Jonathan Glazer de Under the Skin (2013) hasta el Tourneur de La mujer pantera (1942). Haciendo hincapié en sus referencias claras, uno de los personajes secundarios responde al nombre de Melville (Ramón Barea). Puede hacer referencia a dos grandes en sus respectivas profesiones: por un lado, el novelista Herman Melville y su Moby Dick (1851) y, por el otro, Jean-Pierre Melville y su incursión en el cine negro. 

Ingrid García Jonsson adopta el papel de una enigmática asesina a sueldo, sin remordimientos ni escándalos, realiza su oficio ideal en un ambiente neblinoso a medio camino entre el noir y el terror cósmico. El elemento cósmico y su papel crucial en el desarrollo de la trama lo vimos anteriormente en El ruido solar (2020), donde el realizador nos acercó al futuro, aunque de ninguna manera nos habríamos podido hacer una idea de todo lo que plasmaría en este su último filme.

Aunque la atención recae en el personaje de Ingrid y, en parte, todo se construye alrededor de ella, llegando a incluirse flashbacks para conocerla mejor, todos los personajes resultan interesantes y podría decirse que se trata de una película casi coral.

La distribución de Elastica Films llevará la película a las grandes pantallas, aunque aún no conocemos su fecha de estreno. El misterio en torno a la asesina de misteriosos poderes es digno de descubrir en salas...

© Isaac Ezban

Párvulos: Hijos del apocalipsis, Isaac Ezban - El amor sobrevivirá al Apocalipsis

Párvulos se erige como una de las mayores sorpresas de la Horror Zone de esta edición del festival. Jugando con el misterio, la ternura y la tristeza, resulta en un peculiar coming of age postapocalíptico desde un punto de vista infantil. En su casa de infancia, tres hermanos aparentemente huérfanos cuidan de sí mismos, celebran las fiestas especiales como lo hacían cuando todo era normal y ven siempre la misma película: El congreso (Ari Folman, 2013).

Lo primero que se escucha -al inicio del metraje- son las declaraciones de uno de los hermanos menores. Éste recuerda las cosas que le decía su padre, en paradero desconocido en el momento, entre ellas estaba la fórmula de la vida: hay dos constantes, la familia y el cambio. Por esta consigna se regirá la película. El fantástico uso del color supone un reflejo directo de los sentimientos de los personajes, que viven en un mundo incoloro la mayor parte del tiempo.

El amor que mantiene unida a la familia en un mundo desolado por el hambre y un misterioso virus que convierte a los infectados en zombis impregna el espíritu de la obra. Tiene una estructura claramente episódica; en cada una de las divisiones tiene lugar un hecho trascendente que deja huella en la vida de los chicos. La cinta plantea una pregunta: ¿Hasta dónde llegarías por amor? Por amor se pedalea ininterrumpidamente para que los demás vean una película sin parones, por amor se pierden la vergüenza y el miedo, por amor se mata y se pierden los principios. 

Queda grabada en la mente del espectador la pregunta, se intuye que también en las mentes de los personajes. Este arrojo por la emoción hace que la película se convierta en una suerte de Mi corazón no late si no se lo dices (Jonathan Cuartas, 2020), guardando las distancias respecto a las criaturas retratadas en cada una de las películas para acabar planteando la misma cuestión.

Desgraciadamente, la cinta aún no cuenta con distribución en España.

© Selecta Visión

Anzu: Gato Fantasma, Yoko Kuno y Nobuhiro Yamashita - Yokais, el dios de la pobreza...

La película se basa en el manga homónimo del autor Takashi Imashiro. Nobuhiro Yamashita, director de películas muy celebradas como Linda Linda Linda (2005) o A Gentle Breeze in the Village (2007), ambas de especial sensibilidad, firma esta película junto a la animadora Yoko Kuno. Yamashita filmó y editó las escenas en acción real, que después Kuno animó; este proceso de rotoscopia aporta expresiones humanas a los personajes, que se hacen más cercanos al espectador.

Los cineastas comentan que escogieron este método porque captaba todos aquellos detalles que se pierden al hacer una animación desde cero; las miradas cómplices, los movimientos casi imperceptibles de la respiración, los silencios, etc. Las voces se grabaron también en las localizaciones donde se rodó la acción real, buscando incluir los sonidos reales de los lugares que se plasman en la película. El contraste entre el realismo y el dibujo crea una burbuja en la que el espectador puede escapar de la realidad en lo que dura el metraje. Los paisajes toman inspiración en el arte de Bonnard tan influido por el arte japonés.

Karin (Mirai Moriyama), huérfana de madre, es abandonada por su padre en un templo, en el cual habita Anzu, el gato fantasma (Noa Gotô). A diferencia del modelo habitual de gato fantasma, que asusta a la gente, Anzu lleva una vida normal, casi como si se tratara de un humano. Nadie sabe cuándo murió, siempre tuvo buena salud y, de un día para otro, amaneció convertido en espectro.

Un pacto accidental con el diablo llevará a la protagonista a reencontrarse con su madre muerta, con quien vivirá situaciones dignas de comedia surrealista acompañada por espíritus del bosque de buen corazón. Un desfile infernal saldrá de un baño público dispuesto a perseguirla hasta el fin del mundo.

¡La labor de traducción también es digna de mención! Las intervenciones del felino se subtitulan con maullidos, sus risas son miaujajas y, en ocasiones, las cosas le salen muy miaulamente. Todo va, poco a poco, construyendo la cinta con afecto y ternura. Por si no parece lo suficientemente entrañable, ¡los realizadores se presentaron en Sitges con peluches de Anzu!

El gato sinvergüenza llegará a la gran pantalla el 7 de febrero del próximo año, gracias a la distribución de Selecta Visión.

© Madfer Films

Following, Christopher Nolan - Viaje en el tiempo... ¡a 1998!

De la mano de Madfer Films llegó este reestreno a Fanzriller. La primera película de Nolan supone un respiro breve en la programación. Su escasa hora de metraje nos sumerge en un mundo de ladrones. Pecamos de voyeurs junto a los personajes, allanamos moradas sin movernos de la butaca y abrimos cajas ajenas con objetos de gran impacto personal sin vergüenza ninguna.

En ningún momento surge como posibilidad cerrar los ojos, no caer en la tentación de mirar. No pensamos ni por un momento en estar invadiendo la privacidad de quienes se nos presentan en pantalla. Los líos amorosos que atestiguamos nos eximen de culpa (no del todo). La torpeza de los ladrones busca la empatía del espectador, que no termina de conseguir, aunque esto no es obstáculo para el disfrute de la cinta.

Guarda similitudes con The Pleasure of Being Robbed (Joshua Safdie, 2008), que debió tomar inspiración de esta cinta. Tanto en su duración como en su temática, forman un díptico delicioso que funciona como espejo.

Encontramos la senda del Nolan que dos años después realizaría Memento (2000), aunque el cineasta acabó yéndose por otros derroteros...

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