Guiado por Deus, Kleber saves the day
35.º Fancine, tercer día
El cansancio empieza a pesar ya en el tercer día de festival, parece que las butacas se endurecen, que los ojos se cansan más rápido, que el frío que trae la lluvia se mete en el cuerpo. Para escapar un poco a la monotonía, comento las tres películas del sábado en orden inverso. Empezar por el final significa hacerlo con Wagner Moura, laureado como mejor actor en el festival de Cannes, y Kleber Mendonça Filho, premiado también por su dirección en El agente secreto. El director de Doña Clara (2016) y Bacurau (2019) vuelve a la ficción tras su último trabajo documental, Retratos fantasma (2023).
La película ha acabado alzándose con el premio a Mejor Película en Fancine.
Al más puro estilo del cine de mafias y gángsteres, asociado normalmente a producciones estadounidenses, el director brasileño construye una película tensa que salda deudas con la historia de su país. Una trama de intriga ambientada en la década de los 70 cuya principal característica es el movimiento constante de un protagonista que vive escapando, ¿puede pedirse algo más a una película de 160 minutos que da comienzo a las diez de la noche?
El montaje viaja del presente al pasado sin inmutarse, siguiendo el ritmo de una cinta que no para en ningún momento. Se destapa el silencio de los archivos, la injusticia de la memoria histórica y las lagunas presentes en los anales de cualquier país. Marcelo (o Armando, o Wagner Moura) busca a su difunta madre entre sus propios recuerdos y entre las huellas borradas que debió dejar én algún fichero. La búsqueda que realiza el protagonista se superpone a otra realizada por los hijos de la dictadura militar, que lo buscan a él.
Conociendo su pasado pieza a pieza, a su hijo en escasos encuentros, y a la gente que se esconde —de la misma manera que él— del gobierno totalitario, el espectador va montando las distintas piezas que conforman la narrativa de la película. Un destello fantástico se atisba en una subtrama de la película sacada de los periódicos ficticios del momento: una pierna ¡peluda! recién salida de la tripa de un tiburón. Autónoma, no se sirve de nadie, se pasea por ambientes de cruising y patea a quien quiere, sale en los periódicos bastante favorecida.
El conjunto de tonos tan variado no hace más que enriquecer la película, aunque un acercamiento al presente lleva el discurso del filme a la reiteración. El agente secreto se muestra como una de las participantes más sólidas de esta edición del festival. Con la distribución de Elastica Films, llegará a los cines españoles el 20 de febrero del próximo año 2026.
Antes de presenciar la película del día, sin moverme de la sala, pude conocer el debut en el largometraje de Oscar Boyson, director de Our Hero, Balthazar.
Jaeden Martell, tristón después de enterarse de que vimos sus búsquedas de Google
Con un reparto que funciona extraordinariamente como reclamo, Jaeden Martell (It, Puñales por la espalda) y Asa Butterfield (Sex Education, Flux Gourmet) interpretan a dos pobres diablos desesperados en busca de atención y compañía.
Balthazar (Jaeden Martell) no es más que un hijo de papá —¡como en Puñales por la espalda!— que dedica su tiempo libre a exponerse en redes sociales como un chaval cabreado por lo dura que es la vida para un chico como él en Estados Unidos. A causa de un suceso reciente, sus últimos vídeos se centran en las quejas por los tiroteos escolares tan frecuentes en el país. Un perfil con aparentemente fake comenta sus vídeos, le envía vídeos de tiroteos y se identifica como un francotirador en potencia. Tras ese perfil se encuentra Solomon (Asa Butterfield), un aburrido texano.
La cinta cumple la función de retrato, así como la de espejo. Los dos personajes centrales son la viva imagen del otro, un neoyorquino privilegiado se encuentra al mismo nivel que un desgraciado sureño al cuidado de su abuela y bajo la sombra de su padre fracasado. El guion plasma la imagen de dos hermanos gemelos, las llamadas dos Américas que, en el fondo, son una.
Ambos comparten acciones desequilibradas; cada uno a su manera, denotan un estado mental deplorable y retorcido. Al final del día, no se tienen más que el uno al otro. La película ha sido premiada en Fancine con el galardón al Mejor Guion. La proyección del pasado día 14 supuso el estreno de la película en España que, por desgracia, aún no cuenta con distribución en el país.
El nivel no hizo más que subir con el paso de las horas, pero en este momento en el que nos acercamos a la primera película del sábado, tocamos fondo con la programación del día. Egghead Republic (La república de los lumbreras en el subtitulado), de los suecos Pella Kågerman y Hugo Lilja, responsables de la querida Aniara (2018), cuento futurista sobre el cambio climático.
En esta ocasión, plantean una realidad alternativa en la que la Guerra Fría no llegó a su fin hasta que se produjo un ataque atómico contra la Unión Soviética. Un grupo de trabajadores mediocres —de una revista existosa— acude a la zona cero de la explosión con la intención de documentar las consecuencias de la radiación en la fauna y flora del territorio.
Este fotograma no forma parte de una escena apreciable.
El punto de partida atrayente no basta para soportar la hipocresía y la estupidez de los miembros del equipo, que hacen eterna la hora y media de metraje. Ni las alucinaciones, ni las alusiones políticas, ni la media criatura que hace acto de presencia por dos tristes minutos, nada genera el más mínimo interés. Tratando de sacarle algo positivo, recuerdo aprender que las vidas de los centauros se miden en lunas (meses).
Egghead Republic no ha encontrado distribución aún en España, ¡ojalá llegue a vuestras pantallas en algún momento y podamos generar debate!




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